1930, 1958, 2018. Por tercera vez en la historia, la selección italiana está fuera del Mundial. Ningún efecto San Siro, en el partido de vuelta Italia-Suecia finaliza 0-0. Los italianos pagan las elecciones de Ventura, confusas y contradictorias en las dos formaciones decisivas que se alinearon en la contienda contra los escandinavos. Un daño incalculable a la Federación, al movimiento y a todas las actividades inducidas. Habrá que hacer evaluaciones y tomar decisiones drásticas. Las responsabilidades de este fallo deberán evaluarse en frío cuando las lágrimas se hayan secado.
Las opciones de Ventura son las que se filtraron en la víspera. Con Insigne todavía fuera, entran Gabbiadini y Jorginho por Belotti y De Rossi en la confirmación del 3-5-2. Al principio era un tiempo lleno de emociones: Italia no podía ser rigurosa por un claro empuje sobre Parolo, dos de los cuales fueron negados a Suecia: el toque de manos, primero de Darmian y luego de Barzagli, fueron claras. Johansson resultó lesionado y se vio obligado a abandonar la camilla.
Incapaces de marcar un gol
La táctica de los lanzamientos largos confiados a Bazargli y Chiellini no funciona, entonces después de 25 minutos Jorginho, decididamente el mejor de los italianos comienza a construir ocasiones Italia. El más apreciado a los 40′ es Immobile, con un buen tiro por detrás de la defensa sueca, desafortunado al final, amortiguado por el guardameta Olsen. Bonucci también está lastimado, ya que recibe un golpe de rodilla, pero el capitán del Milan aprieta los dientes y se queda en el campo. Candreva, Parolo y Florenzi también lo intentan, pero el balón no llega a su destino: la red.
No había cambios para dar la vuelta a la eliminatoria, aunque San Siro aplaudió a Insigne que, mientras tanto calentó al borde del campo. Lustig está listo para ir y se estira con una rodilla en el estómago de Darmian en medio del área, pero el árbitro Lahoz toca su silbato en una parada previa con la mano inexistente del jugador del United. A los 53′ Florenzi, nos vuelve a hacer un doblete en el centro de Darmian, pero el balón se queda sin remate. Media hora más tarde Ventura lanza a Belotti y El Sharaawy al terreno de juego.
A un cuarto de hora del final Bernardeschi llegó en lugar de Candreva, Italia lo intentó todo, pero el balón no entraba y los italianos perdieron la confianza. Era un asedio: El Shaarawy primero, Parolo después, Jorginho al final, nada que hacer. Termina 0-0. Azul de lágrimas, público incrédulo, Ventura ni siquiera aparece en los micrófonos del Rai.