Son idolatrados por millones de personas en todo el mundo. Buscados por las firmas más importantes, y no solo deportivas, ya que su imagen vale una auténtica fortuna. Viven en mansiones inmensas, cuentan con coches de alta gama e incluso con aviones privados para desplazarse. Son las verdaderas celebrities de nuestro tiempo, los jugadores de fútbol profesional, las estrellas mundiales que han logrado llegar a la cima y mantenerse. Cristiano Ronaldo ha batido no hace mucho el record de persona más popular del mundo, gracias a su millones de seguidores en redes sociales. Messi es un ejemplo para los niños de todo el mundo, tanto por su talento como por su historia de superación. En cada país, el equipo nacional de fútbol es una razón para estar unidos, para dejar a un lado las diferencias políticas o ideológicas y disfrutar del deporte todos a una. Pero la presión que sufren los futbolistas a causa de esto es cada vez más grande.
Lo podemos comprobar en la gran cantidad de jugadores que, una vez retirados, confiesan que han tenido problemas de ansiedad, estrés o depresión. Para llegar a ser una estrella de calibre mundial no vale solo con tener talento. Debes ser también un profesional con la cabeza fría, con una mentalidad ambiciosa y a prueba de fracasos. Porque solo así se explica que jugadores de la talla de Messi, que todavía no tienen títulos internacionales con su selección, sigan aguantando la presión de todo un país sobre sus hombres. La concentración es indispensable en cualquier partido, y los futbolistas saben que más allá del físico, la parte mental debe ser igual de fuerte para poder llegar lejos. Pero son seres humanos, que tienen deseos, debilidades y frustraciones como todos. Chicos jóvenes, con mucho dinero y muy llamativos para su entorno… Cuando las chicas se cruzan en el camino de los futbolistas, sus entrenadores no pueden hacer otra cosa que torcer el gesto. Y es que saben que las relaciones pueden condicionar el rendimiento de cualquier jugador. Y el sexo antes de los partidos siempre está en el punto de mira.
La preparación de los partidos
Aquellos que no entienden demasiado de fútbol –ni de deporte profesional en general- se quejan de que los jugadores profesionales ganan mucho dinero por jugar un par de horas. Evidentemente, no se ve toda la preparación que hay detrás, entrenamientos diarios, sesiones en gimnasio… y mucho trabajo mental. Como decíamos arriba, la preparación mental de cualquier deportista profesional es indispensable para que su rendimiento sea óptimo.
Por eso, en muchas ocasiones, los entrenadores deciden concentrar a los jugadores antes de los encuentros, especialmente en eventos importantes como finales o campeonatos del mundo. Se les saca de su entorno familiar para imbuirlos en la concentración del equipo, con el resto de compañeros. De esta manera, se les intenta canalizar toda esa presión, los nervios y la ansiedad, para que estén concentrados de cara a los partidos.
Concentración antes de los encuentros
En las horas previas a un partido importante, los jugadores deben estar centrados en lo que están a punto de jugarse. Los profesionales ya tienen experiencia en este tipo de eventos y son capaces de pasar al modo concentración en cuestión de minutos, así que la mayoría prefiere quedarse en casa, con su familia, con su mujer y sus hijos, para estar tranquilos. Sin embargo, cada vez es más habitual que el club imponga una concentración, normalmente 24 horas antes del partido, para alejar a los jugadores de “distracciones” Y no hablamos solo de sexo, aunque puede ser una de ellas, sino también del típico jaleo que hay en una casa con críos pequeños, por ejemplo.
El descanso previo al partido es indispensable, y por eso muchos entrenadores se aseguran de que los jugadores lleguen frescos, a través de este tipo de concentraciones. Cuando el equipo juega fuera es habitual también que viaje con un día de antelación, por lo que aquí ya no habrá posibilidad de quedarse en casa, queramos o no. Las concentraciones sirven para mantener al equipo unido, para que los jugadores hagan piña, compartiendo habitación y charlas más allá de los entrenamientos. Todos se quedan en un mismo hotel, que suele ser bastante lujoso, para favorecer el descanso colectivo. Sin embargo, en muchas de estas concentraciones se han saltado los límites, y los jugadores han salido a tomar algo, hasta que la fiesta se les ha ido de las manos. No es raro encontrar casos en los que incluso algunos jugadores han subido a chicas al hotel de concentración, ya fueran profesionales del placer o ligues de una sola noche.
El sexo y el rendimiento deportivo
Esta actitud ya es de por si denunciable por parte del club, ya que contraviene el propio sentido de la concentración. Pero es que además muchos entrenadores y técnicos desautorizan las relaciones sexuales en los días previos a un partido de fútbol, basándose en que empeoran el rendimiento del jugador. Está claro que un encuentro sexual suele conllevar cierto desgaste físico, aunque eso también dependerá de la intensidad del propio encuentro. Algunos especialistas afirman que entregarse al placer en las horas previas a un evento deportivo puede incidir negativamente en el rendimiento de los jugadores. Sin embargo, esto no está demostrando, y viene, de hecho, de una leyenda muy antigua que ya estaba presente en aquellas primeras olimpiadas.
Desde los albores de la humanidad se ha pensado que gran parte de la fuerza vital de un hombre proviene de su sexualidad. Si hay mucho vigor sexual, ese hombre será intenso, fornido, y estará preparado para grandes gestas. Pero el vigor sexual también puede “perderse” a través del sexo. Por eso, los antiguos héroes y grandes deportistas se mantenían alejados de las mujeres en los momentos previos a los días importantes. Mantener ese vigor sexual en su cuerpo les permitía, o eso pensaban, ser más diestros y tener mayor fuerza física. Desde entonces se piensa que el sexo puede ser negativo antes de los grandes eventos deportivos. Sin embargo, muchos expertos han apuntado precisamente en la otra dirección, afirmando que el placer sexual puede ayudar a los jugadores a combatir el estrés, la ansiedad y la presión.
Muchos días sin sexo
Que el sexo puede ser muy beneficioso cuando estamos viviendo momentos de tensión es algo que queda más que plasmado en la vida cotidiana. Sin embargo, todavía son muchos los entrenadores y técnicos que prefieren alejar a sus jugadores de las tentaciones en los días previos a los partidos. Sin embargo, en un calendario como el actual, donde es habitual jugar prácticamente cada tres días, los profesionales apenas tienen oportunidad para estar con sus parejas.
Esto hace que algunos puedan pasarme muchos días sin sexo, algo que también les puede afectar negativamente, por la frustración o la necesidad de saciar esos deseos. La mayoría suele aprovechar los días después de los partidos para disfrutar de ese placer que se le ha negado antes, pero cada cual tiene su propio ritual.